Con motivo de la visita de Antoine D’Agata Curtocircuíto recupera Atlas, una obra incómoda no solo para el público sino para el propio artista. El marsellés es uno de los fotógrafos que mejor se ha desplazado de la fotografía al cine. Su noción del ritmo, del tiempo y del tempo no hacen más que incrementar esa ansiedad que generan sus imágenes. Con cinco películas a sus espaldas seguiremos diciendo que Antoine D’Agata es un fotógrafo, pero es mucho más que eso.

ANTOINE D’AGATA

Francés, nacido en 1961. Antoine d’Agata abandona Francia en 1983 para pasar diez años en el extranjero. Cuando vivía en Nueva York en 1990, su interés por la fotografía le lleva a matricularse en el Centro internacional de fotografía, donde tiene como profesores a Larry Clark y Nan Goldin. Después de trabajar en la agencia Magnum Photos de Nueva York entre 1991 y 1992, Antoine d’Agata vuelve a Francia al año siguiente y deja la fotografía durante cuatro años. En 1998, se publica su primera obra, De Mala Muerte. En 2001, publica su segunda obra, Hometown, con la que gana el premio Nièpce. En 2003, se inaugura su exposición 1001 Nuits en París, paralelamente a la publicación de los libros Vortex e Insomnia. En 2004, se incorpora a la agencia Magnum Photos y publica su quinto libro, Stigma. En 2005, abandona Francia para recorrer el mundo y desde entonces trabaja en un proyecto personal sobre la vida nocturna, en particular en el Japón, donde ha rodado su primer largometraje, Aka Ana.

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Un hombre sin lazos afectivos, superviviente de un largo viaje, colecciona imágenes vertiginosas, fragmentos dispersos de una identidad astillada como las regiones que atraviesa. Se desgasta con la extrañeza de los signos, los lugares y las lenguas insondables. No hay dios ni indulgencia en sus noches, sino la aceptación de que sólo hay carne.