La primera película de Lertxundi desde que se trasladó a España desde California en 2019 es un tríptico compuesto por tres piezas independientes y a la vez interrelacionadas: Teatrillo, Espacio exterior interior y Bajo la noche de la nada. Un nuevo escenario para el cineasta, pero el mismo cielo azul bañado por el sol y el mar. Como toda la obra de Lertxundi, Espacio exterior interior es una película de relaciones —entre los personajes, entre personajes y paisaje, entre imagen y sonido— pero también, y en última instancia, una deconstrucción del proceso de producción que pone de relieve la materialidad y el artificio. Al igual que la mujer con los ojos vendados de la película, que intenta orientarse en una nueva geografía, Lertxundi está aprendiendo, través de la realización de la película, a reencontrarse con el paisaje de su País Vasco natal. El capítulo final, en el que dos mujeres jóvenes ejecutan una misteriosa coreografía al ritmo de las imágenes proyectadas de las olas, es un estallido de puro sentimiento.